martes, 10 de junio de 2008

(PARTE 2) A medio aceptar

Pánico. Una conversación llevó a la otra y de pronto, no supe cómo, le estaba dando a Amelia vía msn la dirección completa de mi casa, y ella estaba prometiendo venir a buscarme al día siguiente para ir a una reunión de un grupo lésbico que lucha por no-sé-qué-derechos-que-nos-han-quitado.
Iba a venir a las 3:30. No puede ni almorzar. Nunca me han gustado los scouts, ni los fanclubs, ni los grupos en facebook. Las asociaciones no son lo mío. Además, qué iba a hacer yo rodeada de lesbianas. Estoy en una etapa en la que, o voy a querer coquetear con todas, o voy a salir arrancando con miedo.

-Antonia, te busca una niña- me gritó desde la puerta mi tía.
Terror.

Mi Tía miró un poco rara a Amelia, porque Amelia era un poco rara. Amelia me miró un poco rara a mí porque... Amelia era un poco rara.

-¿Vamos?
-Es que... me he sentido un poco... resfriada. -mentí.

Amelia me miró extrañada, después se puso a reír y me sacó de un brazo a la calle.

-Espera, tengo que ir a buscar mi bolsito.

Puse en el bolso todas las cosas inútiles de siempre más mis gotitas para los nervios. Y en un impulso ilógico, rápido, inexplicable, guardé también un rosario que había en el cajón de mi velador. Un rosario: mi mente se manda sola. Hay algo escondido en mi conciencia que aún cree, que aún está seguro de que ser lesbiana es pecado. Pero no lo medité mucho en ese momento.
Cuando salimos de la casa y mi tía ya no estaba para mirarla raro, me dijo:

-Que bueno que decidiste venir.
-¿Tú crees?
-Claro, vas a conocer gente como tú.
-¿Gente como yo?
-Lesbianas como tú.
-Creo que estás mal enfocada.
-¿No eres lesbiana?
-Sí.

Por alguna razón, me incomodaba. Y me asustaba también. Sentía que todo era mentira, que no tenía porqué estar hablando con ella. Que no teníamos cosas en común y yo no tenía nada que ver con las mujeres de su reunión. Por casualidad a todas nos gustaban las mujeres, nada más. Y no es como que un grupo se reúna porque les gusta el mismo equipo de fútbol, o el mismo grupo musical. Las "mujeres" es un concepto más amplio. No todos los hombres heterosexuales se andan juntando sólo porque les gustan las mujeres. No tiene sentido.

-No tiene sentido. -ese pensamiento se me escapó en voz alta.
-¿Qué cosa?
-Creo que no voy a poder ir.
-¿Por qué?
-Sé que me gustan las mujeres, pero no soporto a las lesbianas.

Lo había dicho mal. De la peor forma. Ni si quiera era lo que sentía. No era lo que quería decir. Amelia me miró con odio.

-No, no. No es eso. Me equivoqué.
-Ya sé qué eres.
-No, espera...
-Una típica mina confundida, lesbiana homofóbica, que no tiene nada claro, que es lesbiana, pero anda lejitos de las lesbianas, que puede que ni sea lesbiana en verdad, ¿sabes qué? Yo no te soporto a ti ¿Tienes algo que decir?

Me declaro culpable. No tenía nada que decir y no dije nada. Todo eso dolía y grité para adentro. Amelia se fue y me devolví a la casa.
Me encerré en la pieza y me prometí ir al sicólogo que mi mamá me había recomendado meses antes por mi estres estudiantil. A ver si alguien certificadamente cuerdo podía ayudarme.

Me tomé mis gotitas para los nervios (no recé ningún rosario) y me dormí, pensando en Consuelo.

Pero Consuelo es otro tema.


Ups!

viernes, 6 de junio de 2008

(un antojo) Mis 10 !


Cuando era chica, estaba enamorada en secreto de Gabrielle, la compañera de aventuras de Xena, la princesa guerrera. Ayer, tuvimos nuestro merecido reencuentro.

Entré a Alter Ellen punto com, y me encontré con un ranking de las 100 mujeres más sexys escogidas por lesbianas. Y allí estaba ella. Renee O’Connor. Ése es su nombre verdadero. Pero la pobre estaba en el lugar 21! Entonces, como no puedo cambiar ese ranking, me hice uno propio. Pero no con 100, porque nunca tan golosa. Seleccioné mis 10 favoritas. No sé si más sexys (sí), pero definitivamente las 10 de las que me enamoraría. O ya me enamoré. En fin.

1-. Renee O’Connor


Más por nostalgia que por pasión. A estas alturas amo su recuerdo más que a ella misma. Pero tiene el primer lugar ganado. Probablemente fue mi primer amor platónico televisivo.

2-. Amy Adams


A ella yo la amo. Yo obligué a mi familia a ver Encantada sólo porque la amo. No me gustó la película pero la he visto 30 mil veces, porque la amo.


3-. Katherine Moenning


Era que no. ¿Tengo que justificar su aparición en el ranking? Yo creo que si no la hubiese incluido tendría que dar explicaciones. Linda, linda, linda, linda.


4-. Missy Higgins


La conocí a penas ayer, pero ya le vale estar en el ranking porque me enamoré. A penas supe que existía me convertí en su fan número uno, sin conocerle ni una sola canción, sin jamás haber oído su música. Y no me gusta mucho su música ahora que la conozco, pero eso qué importa. Missy, ¿te quieres casar conmigo?


5-. Lena Headey


Imagine me and you. Es que claro, la novia no tenía donde perderse entre su novio y esta mujer perfecta, linda, simpática. Y no podemos dejar de envidiar que su personaje lograse enamorar a una heterosexual, y recién casada más encima. IDOLA.


6-. Hanna Elizabeth Merjos


¿Sabe usted que es una Scene Queen? Una Scene Queen es una chica que se vuelve popular en Internet gracias a Myspace y sitios como ese, por tener bellas fotos, videos o cosas así. Miss Hanna Beth Merjos, es eso exactamente. No es nadie , en el fondo, pero le basta con ser Hanna Beth.


7-. Anne Hathaway


No me gusta como actúa, no sé por qué. No le pediría pololeo, no sé por qué. No la amo, no sé por qué. Pero es “rica”. ¿Ya me puse flaite? Perdón.


8-. Ashley Tisdale.

Aunque usted no lo crea. La niñita de High School Musical. Mi único motivo para ver Zack y Codi, gemelos en acción. Lo confieso.


9-. Norelys Rodríguez


¿Wild On? ¿En E! Entertaiment Televisión no les dice nada? La ex candidata a miss Venezuela, era mi placer culpable. Veía ese pésimo programa llamado Wild On, sólo para verla pasearse en bikini por aquí y por allá.


10-. Lucrecia


Veo el Señor de la Querencia sólo para ver a Lucrecia. Es increíble, porque ella había actuado en otras teleseries de TVN, pero siempre me dio lo mismo hasta que le dieron un personaje lésbico. Ahora me encanta. Fan número uno. Y la incluyo como Lucrecia, porque es el personaje el que me gusta. Más allá de la actriz.

Fin del ranking.

Opine con libertad!

jueves, 5 de junio de 2008

(PARTE 1 )Me falta ambiente

Cuando me di cuenta de que me gustaban las mujeres, no me asusté tanto como se supone que la gente se asusta. Me lo tomé bien, para mí misma nunca me oculté que mirarle las pechugas a alguien, me gustaba mucho. O que los labios de mis amigas me atraían más que los de cualquier supermino del curso. O que cuando me masturbaba no lo hacía jamás pensando en hombres. Nunca me lo negué, no pasa nada, todo relajado, ni un problema.

El problema es ahora. Ahora que me relaciono con más lesbianas y me doy cuenta de que estoy un poco fuera. Un poco al margen. Cómo decirlo… creo que me falta ambiente.

Entonces empecé a entrar a más chats lésbicos y cosas así, demostrándome a mi misma que puedo hacer cosas de una lesbiana normal.

Me encontré con una Amelia. Amelia hablaba con propiedad de todo. Amelia tenía todo el ambiente que a mi me faltaba.

-¿No conoces a Shimai? - me dijo.

-No, no. Disculpa, esas cosas japonesas no me gustan

-No son cosas japonesas, es un grupo, un dúo musical. ¿No has escuchado “estoy bailando”?

-Eh, no. Lo siento.

Entonces empecé a buscar en youtube qué era Shimai, sintiéndome muy ignorante por todo. “Estoy Bailando” era una canción interpretada por dos hombres vestidos de mujer. Sí, digo “hombres vestidos de mujer”, porque me falta ambiente y hablo así.

Shimai, en definitiva, son dos “hombres vestidos de mujer” que cantan sobre música bailable. Música muy de disco. Muy de disco gay.

-Creo que tengo muy poca disco gay en el cuerpo- le dije

-No importa, con el tiempo se te va a quitar.

Pero no, este no es el tipo de cosas que se quite con el tiempo. Se quita actuando. ¿Qué tenía que hacer? ¿Empezar a ir a discos gay? No sería tan mala idea, después de todo yo soy gay, y busco gente gay. Aunque capaz que no. Siempre he tenido miedo a ser lesbiana homofóbica, y al mismo tiempo me he enamorado de puras heterosexuales que no me pescan.

Para sacudirme de encima todo la homofobia, escuché a Shimai toda la noche, vi capítulos de The L Word y me propuse ir con banderas multicolores a la próxima marcha gay que se presente en la cuidad. Esto último puede que jamás lo haga.

Por ahora Amelia me introduce a música homosexual y a gente vestida de otros géneros. Ya es mucho para mí por hoy.

Pero me reivindico. Hoy soy más lesbiana que ayer, y mañana más que hoy.

¿O no?

Espero que sí.